miércoles, 14 de diciembre de 2011

Repitamos esto una y otra vez, hasta que ya me aprenda de memoria cada pliegue de tus labios.

Dame mil besos, después cien, luego otros mil, después otros cien, después hasta dos mil, después otra vez cien; luego, cuando lleguemos a muchos miles, perderemos la cuenta para ignorarla y para que ningún malvado pueda dañarnos, cuando se entere del total de nuestros besos.

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