domingo, 18 de diciembre de 2011

Si tú me dices que me quieres, yo haré todo lo demás, no estés preocupado.



Y allí estaba yo. Alejada del mundo real, pensando solo en ti. 
No entendía el por qué de esta obsesión, esta obsesión por tenerte . Es más, dudo que lo entienda alguna vez. Y allí, alejada de todo solo podía pensar en ti, en si todas esas cosas que me dices, dicen la verdad, y si debería apostarlo todo por esa relación. Y pensé que aunque somo jóvenes, nos gustaría enamorarnos, entender esos sentimientos 'adultos'.
Nos imaginé a los dos, tirados en medio del río, en ese césped tan verde, yo encima de ti, sin dejarte respirar por causa de todos los besos que te daba. Lo imaginé y me resultó tan real que se me puso la piel de gallina. Allí en el río, tumbados, abrazados, me decías que me querías y que aunque creyeses que esto podía terminar cualquier día, harías lo posible para que no dejase nunca de quererte.
Todo eso fue un sueño, pero lo peor de todo, es que de verdad me gustó pensar en ti y en esa tarde imaginaria.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Hoy tengo ganas de... esto... em. ¿Cómo se llama?

Ah sí, sonreír. Hacía tiempo que no me pasaba y lo había olvidado, pero he recordado que pase lo que pase, por muy grave que sea, siempre te va a curar una sonrisa. 


Hay gente que dice que sonreír es motivo de felicidad, yo creo que no tienen toda la razón. También puede se un intento para ser feliz. No es tan fácil como parece, y menos, perdón, muchísimo menos en un adolescente. Hormonas revolucionadas, amores fugaces rápidamente reemplazados por otros, discusiones en casa, estudios... ¿Qué más? Es cierto, ya no hay mucho más, pero para un adolescente eso es un mundo, su mundo, y en este mundo si falla alguna de esas partes, todas las demás caen en picado junto a la culpable.

Admito, que hoy he soñado contigo...

Se me hace raro, muy complicado verte en mis sueños. Tan raro que al despertarme me pongo nerviosa, me altero. Hay momentos que pienso en que lo hice mal. Pero luego me doy cuenta de que hicimos lo correcto, tanto tú como yo. 
Fuiste lo mejor, y te agradezco que lo fueras, ya que todo el tiempo pasado no lo cambiaría por nada.

Repitamos esto una y otra vez, hasta que ya me aprenda de memoria cada pliegue de tus labios.

Dame mil besos, después cien, luego otros mil, después otros cien, después hasta dos mil, después otra vez cien; luego, cuando lleguemos a muchos miles, perderemos la cuenta para ignorarla y para que ningún malvado pueda dañarnos, cuando se entere del total de nuestros besos.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

love is not only in the air, also in the water

-¡Ven, vamos!
Y me coge de la mano y echamos a correr entre la gente. Turista, extranjeros, gente de color, alemanes, franceses, españoles y algún que otro italiano. Yo casi tropiezo, pero él me arrastra con su increíble entusiasmo.
-¡Venga, venga, que ya casi hemos llegado!
y yo corro y me río y trato de seguirle el paso, y al final nos paramos delante de la fontana como dos perfectos turistas.
-¿Estás lista? Toma.
Me da una moneda y a continuación se da media vuelta, cierra los ojos y tira la suya hacia atrás por encima del hombro. Lo imito. Cerro los ojos, pido un deseo y mi moneda vuela muy alta, gira y gira y, y acto seguido, cae lejos en el agua y lentamente, haciendo un extraño remolino, toca fondo. Nos miramos a los ojos. Puede que hayamos pedido el mismo deseo. Él, en cambio, parece más seguro que yo. Es más , no tiene ninguna duda.


¡Arriba el sonreír!

Y os miráis y os parece que todo esté diseñado para haceros reír, y entonces te ríes, te ríes sin cesar y da la impresión de que el destino está de tu parte, sí, que vale la pena reír sin parar. Creo que todavía hoy ésa sigue siendo una de las cosas que recuerdo con mayor placer, porque los dos pasamos una tarde de ésas en las que, de verdad, la barriga se tensa y te duele de lo mucho que te has reído. En esos instantes no hay nada más hermoso que esa risotada, te olvidas de todo lo que te ha salido mal y te sientes de verdad reconciliado con el mundo.

martes, 6 de diciembre de 2011

Gracias, gracias y otras mil gracias detrás de estas dos anteriores.

Se terminó.
Complicado, triste, difícil, incómodo... Pero bueno sobretodo doloroso. 
Doloroso el pensar que todo se ha acabado, pero por extraño que suene... increíble. 
Increíbles los meses que han pasado, y el verano que ha resultado de todo esto. Así que ante todo: Gracias.